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Detrás del uniforme militar también hay papás e hijos

El ingeniero José Luis Espinosa es sargento primero auxiliar de materiales de guerra y se encarga de diseñar y adecuar los vehículos militares que utiliza la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por lo que es consciente de que la importancia de su labor radica en que del diseño depende la seguridad de sus compañeros en el campo de batalla.

“¿Por qué? Porque detrás de ellos también hay una familia, o tienen hijos, padres, hermanos, nos ponemos en sus zapatos”, platica el ingeniero egresado del Instituto Politécnico Nacional, quien decidió sumarse al ámbito castrense desde 2006, cuando estudiaba el primer semestre de la carrera.

Para él, debajo de los uniformes como el suyo, hay seres humanos que, en sus horas libres, disfrutan de su rol como padres de familia y cuyos hijos le dan sentido a su labor profesional.

La hija de Espinosa se llama Alondra, tiene cuatro años de edad y es su inspiración. “Es mi princesa”, confiesa con una sonrisa en el rostro.

“A ella tiene una influencia en el sentido de que ahora yo ya no veo las cosas para un beneficio de decir: ‘voy a hacer esto para mí’. Yo ya lo veo pensando más en ella. Yo digo ‘tengo que hacer las cosas, tengo que desempeñarme más profesionalmente, tengo que seguir escalando los grados militares para darle una mejor vida, una mejor educación’. Es lo que busco”, comenta el sargento.

Los hijos de militares suelen tener grandes oportunidades para estudiar, pues además de que en el interior de los campos militares hay escuelas primarias e incluso secundarias, pueden acceder a becas.

“En la cuestión de becas para nuestros hijos, los hijos de militares están súper bien: mi hija cuando crezca puede tener la oportunidad de estudiar en cualquier institución privada y manteniendo un buen promedio tiene una beca completa”, explica.

Además, desarrolla una visión distinta de la actividad militar por ver a su padre desempeñarse dentro de ella.

“Ha venido a mi trabajo en los festivales que hay, los que se organizan por el Día del Niño o del Día de Reyes; conoce las instalaciones, hay muchas áreas de juego, hay muchas áreas verdes, disfruta mucho este ámbito, porque aparte es muy seguro, todo aquí es muy seguro para los niños…

“Le encantan los vehículos, los ve y se impresiona mucho, dice ‘wow’, porque son vehículos que no ve en la calle normalmente y cuando llega se impacta…”, relata Espinosa.

El ingeniero el Politécnico considera que con el paso del tiempo su hija podrá sentirse orgullosa del trabajo que su padre realiza por la patria.

“Tal vez ahorita no se da mucha cuenta, porque es muy pequeña, pero tal vez con el paso de los años diga: ‘mi papá diseñaba los vehículos y hacía esto, hacía lo otro’”, expresa contento.

Fuente: Milenio

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