«En la última cena no había ninguna mujer en la mesa y eso tenemos que respetarlo», afirmó Carlos Irarrázaval, quien tuvo que dejar su flamante cargo.
El viernes el papa Francisco aceptó la renuncia de Carlos Eugenio Irarrázaval Errázuriz, que había sido nombrado hace menos de un mes como obispo auxiliar de Santiago.
La decisión fue «fruto de un diálogo y de un discernimiento conjunto, en el cual el papa Francisco ha valorado el espíritu de fe y humildad del presbítero, en favor de la unidad y bien de la Iglesia que peregrina en Chile», indica el comunicado de prensa emitido por el Arzobispado de Santiago.
Irarrázaval había comentado en una entrevista con CNN Chile que «en la última cena no había ninguna mujer sentada en la mesa y eso tenemos que respetarlo también. Jesucristo tomó opciones y no lo hizo ideológicamente», sostuvo. Reflexionando sobre el rol de la mujer en la Iglesia, también sugirió: «Quizás a ellas mismas les gusta estar en la trastienda, puede ser».
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Además, hizo un parangón con los judíos, al mencionar que tienen «una cultura machista hasta hoy en día», y que «si ves a un judío caminando por la calle, la mujer va diez pasos atrás, pero Jesucristo rompe ese esquema».
En una declaración pública emitida por el Arzobispado de Santiago, Irarrázaval pidió «muy sinceramente perdón por el sufrimiento y desconcierto que [sus] declaraciones pudieron causar».
El obispo auxiliar de Santiago había sido designado en un esfuerzo de la Iglesia de recomponerse tras el escándalo de abusos sexuales que reveló cientos de alegaciones.
Según el Arzobispado de la capital chilena, Carlos Eugenio Irarrázaval seguirá siendo pastor en una iglesia de Santiago.
Fuente: Actualidad Rt
